El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, John Boehner, enfrentó un vergonzoso revés el jueves cuando no logró unir a los legisladores republicanos detrás de un proyecto de ley diseñado para conseguir concesiones del presidente Barack Obama en las negociaciones sobre el “abismo fiscal”.
El sorprendente hecho provocó más incertidumbre sobre las negociaciones presupuestarias de fin de año que buscan evitar alzas de impuestos generalizadas y recortes del gasto que podrían empujar a la economía de Estados Unidos a una recesión el próximo año.
Boehner esperaba mostrar que tenía el respaldo total de su partido al aprobar en la Cámara de Representantes un proyecto de ley, conocido como “Plan B", que limitaría las alzas de impuestos a una fracción de los estadounidenses más ricos, mucho menos que lo que quiere Obama.
Pero Boehner canceló la votación después de no lograr reunir los votos suficientes en su partido y envió a los legisladores a casa hasta después de las fiestas de Navidad.
“La Cámara no tomó la medida tributaria hoy porque no tenía el respaldo suficiente de nuestros miembros para aprobarla”, dijo Boehner en un comunicado, tras reunirse con otros líderes de su partido.
El representante Harold Rogers de Kentucky dijo que no sabía qué ocurrirá ahora.
Obama y Boehner buscan lograr un acuerdo antes de año nuevo, cuando los impuestos subirán automáticamente para casi todos los estadounidenses y el Gobierno deberá reducir sus gastos en programas domésticos y militares. El golpe por 600.000 millones de dólares podría arrojar a la economía del país a la recesión.
Obama y Boehner han prometido que alcanzarán un acuerdo antes de esa fecha. Pero hasta ahora, las negociaciones parecen estar siguiendo el patrón disfuncional de la batalla del 2011 sobre el límite de deuda: avances irregulares alternados con exhibiciones para el público.
Durante esas negociaciones, Boehner también tuvo problemas para conseguir el respaldo de los miembros más conservadores de su propio partido.
Washington evitó por poco el caer en cesación de pago de la deuda del Gobierno de Estados Unidos en agosto del 2011, pero la naturaleza de última hora del acuerdo provocó la primera rebaja de calificación de deuda de Estados Unidos y asustó a inversores y consumidores.
En esta oportunidad, la preocupación sobre el abismo fiscal ha presionado a los mercados, pero analistas dicen que los analistas parecen estar asumiendo que ambas partes evitarán el desastre.
El proyecto de ley de Boehner habría dejado constancia de que los republicanos apoyan un aumento de impuestos para quienes ganan más de 1 millón de dólares al año, una posición a la que el partido se oponía hace apenas dos semanas.
Obama quiere reducir el umbral hasta las familias que ganan más de 400.000 dólares al año.
Los legisladores esperaban concluir el trabajo antes del receso de Navidad, pero los líderes de la Cámara de Representantes y el Senado han indicado que podrían llamar a los miembros de regreso al trabajo la próxima semana.
Boehner dijo que ahora depende de Obama el aprobar un proyecto de ley en Senado de mayoría demócrata.
Luego del colapso del “Plan B” de los republicanos, la Casa Blanca prometió trabajar con los legisladores para evitar el “abismo fiscal” y dijo que Obama espera lograr un acuerdo pronto.
“El presidente trabajará con el Congreso para lograr esto y esperamos que podamos hallar una solución bipartidista pronto que proteja a la clase media y a nuestra economía”, dijo el portavoz de la Casa Blanca Jay Carney en un comunicado.